Después de nuestro pequeño, pero acogedor, picnic en el parque de la zona y en el porche, toca disfrutar de nuestra tradicional comida en el patio.
Estos años atrás, la vida en la escuela cambió, fueron momentos difíciles y echábamos de menos el poder estar en contacto con otros adultos e iguales, tan necesario para un bienestar pleno y saludable. La interacción, las relaciones, los vínculos, se están volviendo a formar y no hay mejor manera que celebrar esta conexión con los demás que realizando una gran comida al aire libre.
Como siempre, nuestra cocinera prepara con esmero y dedicación el menú. Los niños de 2-3 años, son los encargados de que todo esté en su sitio, ponen las mesas, colocan los vasos, los cubiertos y los platos, mientras los de 1-2 años, desde las ventanas observan todo con atención.
El espacio está ambientado para la ocasión, adornos, música, entusiasmo, curiosidad, ganas… la mejor combinación.
Ya está todo listo, ¡a comer!. Ahora a disfrutar, reencontrarse y volver a sentir estos momentos y placeres.